Palabras de espiritualidad

Recordemos los beneficios de la “Oración de Jesús”

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

¡Que no se nos olvide que el maligno no es más poderoso que el Señor!

Ciertamente, podemos redimirnos —aún con todas nuestras inclinaciones negativas—, cuando decimos: “¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!”; pero, si no pronunciamos esas palabras, no nos podemos encontrar con nosotros mismos ni con Dios. Si repetimos esta oración tres o cuatro veces, y después nos quedamos callados, no nos encontraremos con el Señor; sin embargo, si insistimos, es posible que tengamos éxito. Yo siempre recomiendo lo siguiente: hagámonos un hueco de una media hora en nuestra rutina, cuando sea posible, para repetir esta oración las veces que podamos, sin enumerarlas —para que nuestra mente no se distraiga—, y pronunciando esas palabras estando plenamente concentrados en ellas, en un estado de ferviente oración, intentando ver qué nos viene a la mente. Si notamos que nos viene a la mente algo bello y positivo, ¡alegrémonos! Pero, si vemos que lo que nos viene a la mente es algo negativo y solamente imágenes o ideas negativas, no nos asustemos, porque en cualquier instante desaparecerán. ¡Que no se nos olvide que el maligno no es más poderoso que Dios! Dios nos ayuda a purificar nuestra mente, pero en el tiempo y la medida en que también nosotros nos comprometamos en ese esfuerzo espiritual.

(Traducido de: Părintele Teofil Părăian, Rugăciunea Pelerin către cer, Editura Doxologia, p. 41, Iași, 2013)