Debemos demostrar nuestra devoción incluso con los libros santos y demás objetos santificados. Ante todo, debemos temerle a Dios. Esto nos guiará a la devoción y a todo bien. La dejadez y la falta de devoción por los objetos santificados provienen de la costumbre. Y esto no debe ocurrir. Cualquier cosa, por insignificante que te parezca, debes realizarla con devoción, como si estuvieras ante Dios. Recuerda que Él lo ve todo. (San Nikón)

La acción de la Gracia no podría llevarte jamás a la desesperanza, porque sus frutos son la alegría, la paciencia, la indulgencia y la paz interior. (San Levi)

La gratitud del cristiano es algo tan importante, que, junto al amor, le acompaña hasta la vida futura, celebrando juntos la Pascua eterna. (San Ambrosio)

Es peligroso entristecernos desmesuradamente y sufrir antes de tiempo. Debemos, ante todo, agradecerle a Dios por todo, hasta por los castigos que nos envía en este mundo. (San Levi)

(Traducido de: Ne vorbesc Stareţii de la Optina, Editura Egumeniţa, 2007, pp. 5-6)