Saber perdonar, saber dar, saber olvidar
Cristo no solamente perdona, sino que también olvida. Una vez perdonado, ya no eres siervo del pecado e hijo de esclava, sino que eres libre y amigo del Señor.
El demonio-contable no permite el más mínimo borrón. Pero Cristo, de una sola vez, borra un registro entero de pecados.
Cristo, como patrono, perdona todo. Saber perdonar, saber dar, saber olvidar. Cristo no solamente perdona, sino que también olvida. Una vez perdonado, ya no eres siervo del pecado e hijo de esclava, sino que eres libre y amigo del Señor.
¿Y cómo se dirige Él a Judas, del que solamente sabe quién es y para qué vino? “Amigo”, le dice. Este “amigo” me parece aún más estremecedor que la prohibición de usar la espada y que el milagro obrado con la oreja de Malco.
(Traducido de: Nicolae Steinhardt, Jurnalul fericirii, Editura Mănăstirii Rohia, Rohia, 2005, p. 134)