“Sé que todo el tiempo estoy frente a Ti, Señor”
«Procura sentirte todo el tiempo en Su presencia, porque Él está en todas partes y no es difícil percibirlo, solo que se necesita tener un corazón puro, fe y amor».
«Procura sentirte todo el tiempo en Su presencia, porque Él está en todas partes y no es difícil percibirlo, solo que se necesita tener un corazón puro, fe y amor». Una anciana muy sencilla le dijo una vez a su padre espiritual: «Padre, yo no soy más que una ignorante, una persona sin mayor formación escolar… Pero cada día hago mis tareas domésticas como si Dios estuviera frente a mí. Cuando lavo la ropa, digo: “Señor, te pido que limpies mi alma de toda falta, tal como yo lavo esta ropa, para hacerme agradable a Ti, del mismo modo en que a mí me agrada ver la ropa limpia y sin manchas”. Cuando tomo la escoba y empiezo a barrer, digo: “Señor, te pido que barras toda la basura de pecado que haya en mi alma, para hacerme agradable a Ti, porque a mí también me gusta ver mi casa barrida y ordenada”. Y así voy repitiendo esas palabras, con cada una de mis actividades diarias…».
Por eso es que los monjes aghioritas se oponen a que el Santo Monte se “modernice”, porque ellos no atraviesan solos esos largos y trabajosos senderos, sino que siempre están con su Señor y Soberano, nuestro dulcísimo Jesús, con Quien sostienen largos y silenciosos diálogos. ¡Y en sus humildes celdas, situadas en los inaccesibles acantilados de Athos, muy a menudo, en la medianoche, reciben a su Gran Invitado, Cristo...!
(Traducido de: Ieromonahul Petroniu Tănase, Chemarea Sfintei Ortodoxii, Editura Bizantină, București, 2006, p. 113)