Palabras de espiritualidad

¡Señor, no es esto lo que yo quería!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:



El que es sencillo no se desanima y no pierde la tranquilidad, sino que siempre encuentra la oportunidad de crecer espiritualmente desde la humildad.

 ‟Un bien para mí ser humillado, para que aprenda tus preceptos” (Salmos 118, 71)

El Señor nos mantiene activos con toda clase de pruebas y, para esto, nos lleva a atravesar situaciones que suelen abrumarnos, porque no salen como lo habíamos planeado. Así, el que es sencillo no se desanima y no pierde la tranquilidad, sino que siempre encuentra la oportunidad de crecer espiritualmente desde la humildad. De esta forma, mitiga al orgulloso con la modestia; pone en aprietos a los arrogantes y a los que no respetan ninguna norma (quienes viven en desorden) con su propio comportamiento serio y riguroso; con su paciencia exhorta a aquellos que no dudan en denigrar todo y a todos; consigue, en verdad, detener los lamentos de los codiciosos y hacerlos aceptar, al menos algunas veces, que pueden perder, manteniendo la serenidad. Nuestro mismo Señor Jesucristo se entregó a los tormentos y aceptó toda clase de ofensas, sin volver jamás Su rostro a las injurias e insultos (Isaías 50, 6). En verdad, mucho nos enseñó el Señor desde la Cátedra de Su paciencia. ¡Todos fuimos sanados por Sus heridas! (Isaías 53, 5).

(Traducido de: Sfântul Ambrozie al MediolanuluiViu va fi sufletul meu - părți alese din Comentariul la Psalmul 118, trad. Pr. Constantin Necula, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2000, pp. 61-62)