Palabras de espiritualidad

“¡Señor, no me dejes!”

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

El nombre de Jesús es dulce al ser pronunciado, alejando demonios y atrayendo ángeles, mientras que brinda mansedumbre al corazón y a la mente. Si no has llegado a ello, sigue la regla que aparece en tu libro de oraciones, porque llamando el Nombre de Dios, estás llamando a Cristo, a la Madre del Señor, al Espíritu Santo, a la Santísima Trinidad, a Dios Padre, a los Santos, a todos los Mártires.

Si tu corazón se deja llenar con la verdad del Espíritu Santo, si tu oración une tu alma y corazón, entonces no es necesario que repitas más oraciones, solamente, “¡Señor, no me dejes!” o “¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí, pecador!”, que es la oración más poderosa. El nombre de Jesús es dulce al ser pronunciado, alejando demonios y atrayendo ángeles, mientras que brinda mansedumbre al corazón y a la mente. Si no has llegado a ello, sigue la regla que aparece en tu libro de oraciones, porque llamando el Nombre de Dios, estás llamando a Cristo, a la Madre del Señor, al Espíritu Santo, a la Santísima Trinidad, a Dios Padre, a los Santos, a todos los Mártires, mientras en tu corazón entra en una suerte de armonía interior con todos esos santos.

Algunas veces entro a la iglesia, cuando ésta se halla vacía. Todo allí es silencio, sosiego. Pero una vez atravieso el portal, tengo la impresión que todos los Santos están frente a mí, viéndome. No me siento solo. Me siento rodeado de muchísimas fuerzas espirituales.

(Traducido de: Părintele Gheorghe Calciu, Cuvinte vii, ediţie îngrijită la Mănăstirea Diaconeşti, Editura Bonifaciu, 2009, pp. 25-26)