Ser agradecidos con Dios por todo lo que nos envía
Es nuestro deber agradecerle a Señor por todo, ya que con justicia nos somete a distintas pruebas para fortalecernos en la paciencia.
“Me hundí en la angustia y la tristeza; pero invoqué el nombre del Señor” (Salmos 114, 3-4), dice el santo rey David. Entonces, nosotros, quienes enfrentamos tanta tribulación, ¿en dónde más podríamos encontrar el auxilio que necesitamos? ¡Agradezcámosle a nuestro Mistericordioso Dios, Quien todo lo hace por nuestro bien!
Es nuestro deber agradecerle a Señor por todo, ya que con justicia nos somete a distintas pruebas para fortalecernos en la paciencia, sabiendo que esta nos es más útil que el consuelo divino, porque enaltece nuestra alma.
(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 30)