El principal medio, el único y más adecuado para adquirir esas obras que nos llevan a la salvación y a la perfección espiritual, es la repetición continua de la oración, por débil que esta sea.

Ora y piensa en lo que necesitas, y tus pensamientos se purificarán por la oración. “Ora y haz lo que quieras”, y tus actos serán tanto agradables para Dios como provechosos y redentores para ti mismo.

Ora y no le temas a nada. No te asustes por tus aflicciones, no te aterres ante las penas, porque tu oración las alejará. Ora de la forma que puedas, aún en tu debilidad, pero ora sn cesar, y no dejes que nada te intranquilice. Sé siempre alegre y sereno en tu espíritu, porque tu oración te iluminará.

(Traducido de: Ieromonah Arsenie Boca, Vreau să schimb lacrimile voastre în bucurie, Editura Agaton, Făgăraş, 2014, p. 205)