Si vas a confesarte, ¿estás decidido a cambiar?
Si alguien no es consciente de todo lo que representa este Sacramento, porque cree que la confesión es simplemente una conversación con el sacerdote para exponerle tus dudas, o para esperar que sane tu dolor, o porque cree que encontrarte con tu confesor es lo mismo que una consulta con el psicólogo, es que no tiene claro cuál es el verdadero sentido del Sacramento.
Un hijo espiritual del padre Epifanio relata lo siguiente:
«Un día, llevé a un amigo mío a que se confesara con el padre. Cuando salió de confesarse, lo vi completamente abatido.
—¡Es la última vez que vengo aquí! —–me dijo.
—¿Por qué?
—Está bien, te lo contaré. Cuando le dije al padre que no puedo dejar de salir con mujeres, me preguntó cuántos años tengo. Yo le dije que tengo 25 y él me respondió: “¿Te das cuenta cómo has vivido esos 25 años?”. “No…”, le dije. “Mira, pasarán otros 25 años, y talvez incluso otros 25, y tampoco lo entenderás. Pero después morirás. Y cuando te halles frente a Cristo, Él te preguntará: ‘Yo bajé al mundo y me hice crucificar por ti. ¿Tú qué has hecho por Mí? ¿Acaso has hecho de tu cuerpo, que es templo del Espíritu Santo, un instrumento del pecado?’”.
Después de esto, me contó otros detalles del diálogo que tuvo con el padre Epifanio, y realmente me entristecí. Pero no porque mi amigo no haya estado de acuerdo con las ideas del padre, sino porque, en mi pensamiento, habría esperado que el stárets fuera un poco más flexible con mi amigo, para evitar que este se quedara frustrado y confundido, como sucedió en realidad.
Al día siguiente, fui a buscar al padre Epifanio y le expuse lo que pensaba de lo sucedido con mi amigo. Entonces, él me dijo:
—Escucha hijo. la Santa Confesión es el Sacramento de la Contrición. Esto significa que el hombre que viene a confesarse se siente digno de la “muerte” y está dispuesto a aceptar fácilmente la severidad y la reprimenda de su padre espiritual. Si alguien no es consciente de todo lo que representa este Sacramento, porque cree que la confesión es simplemente una conversación con el sacerdote para exponerle tus dudas, o para esperar que sane tu dolor, o porque cree que encontrarte con tu confesor es lo mismo que una consulta con el psicólogo, es que no tiene claro cuál es el verdadero sentido del Sacramento. En cualquier caso, dile que vuelva para hablar conmigo.
Ese mismo día, fui a buscar a mi amigo y cuando le relaté lo que había hablado con el padre, quien lo estaba esperando para volver a conversar, me dijo lo siguiente, demostrándome que el stárets tenía razón al actuar como lo hizo con él:
—¿Y qué quieres que hable con él? ¡Pero si él está en lo correcto! Si yo no tengo la intención de renunciar a salir con mujeres, es un sinsenttido que vuelva a buscarlo para confesarme con él».
(Traducido de: Arhimandritul Epifanie Teodoropulos, Crâmpeie de viață, Editura Evanghelismos, București, 2003, pp. 121-122)