Sin la Cruz no es posible el conocimiento vivo de Cristo
Desde tu cruz, agradécele al Señor por el invaluable don de esa misma cruz, por la preciosa suerte de imitar a Cristo en tu sufrimiento.
¡Tú, que estás clavado en una cruz! Da testimonio del Señor y de lo recto de Sus juicios, acusándote únicamente a ti mismo. Acepta la justicia de Dios, y recibirás el perdón de tus pecados. ¡Tú, que estás clavado en una cruz! Conoce a Cristo y se te abrirán las puertas del Paraíso. Y, desde tu cruz, alábalo, enaltece al Señor, renuncia a todo pensamiento de queja y lamentación, sabiendo que esos pensamientos no son más que iniquidades y blasfemias dirigidas a Dios. Desde tu cruz, agradécele al Señor por el invaluable don de esa misma cruz, por la preciosa suerte de imitar a Cristo en tu sufrimiento. Desde tu cruz, haz también teología, porque la cruz es la única y verdadera escuela, tesoro y trono de la legítima palabra de Dios. Fuera de la cruz, no hay otro conocimiento vivo de Cristo.
(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, Cuvinte către cei care vor să se mântuiască, traducere de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2000, p. 35)