Palabras de espiritualidad

Sobre el odio del demonio en contra del hombre

  • Foto: Crina Zamfirescu

    Foto: Crina Zamfirescu

No hay nada que ame más el demonio, que seamos castigados.

El demonio es el enemigo de Dios y también es vengativo. Es enemigo, cuando, aunque odie a Dios, pareciera tener un amor vasto por nosotros, los hombres, convenciéndonos por medio de las pasiones y los placeres de preferir las bondades terrenales antes que las eternas. Así, usurpando todo el anhelo de nuestra alma, nos aleja completamente del amor divino y nos hace también enemigos del Creador. Y es vengativo, cuando, vertiendo todo su odio hacia nosotros —ya que nos tiene en sus manos— pide que seamos castigados. Porque no hay nada que ame más el demonio, que seamos castigados. Al permitírsele atacarnos con sus artimañas, él lo hace no para cumplir con aquella voluntad divina, sino para alimentar su odio en contra nuestra, para que el alma, en su debilidad, pierda la fuerza de la esperanza divina, haciendo que todos esos ataques se conviertan en motivo para apartarnos de Dios, en vez de aprender de ellos.

(Traducido de: Sfântul Maxim Mărturisitorul, Capete teologice, traducere de Laura Enache)