Palabras de espiritualidad

Sobre los veinte “peajes” del alma

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

El paso por estos “puestos de peaje” ocurre al tercer día después de la muerte.

Es gracias al relato de Santa Teodora que conocemos el orden de esas “casas de peaje”. Así, en su camino al Cielo, dirigiéndose al levante, el alma debe atravesar:

-El primer “peaje”, en donde los espíritus malignos, después de detener al alma que viene acompañada de los ángeles, le muestran sus pecados cometidos con la lengua (la verborrea, el parloteo, las vulgaridades, los insultos, las burlas a las cosas santas, los cánticos frívolos, la risa sin control y otras cosas semejantes).

-El segundo “peaje”, que es el de la mentira (la mentira de cualquier clase, el quebrantamiento de los juramentos, el pronunciar el Nombre de Dios en vano, los pecados que ocultamos al confesarnos, etc.).

-El tercero es el de la calumnia (las difamaciones, el denigrar a nuestro semejante, las condenas, las burlas y todo aquello que hacemos soslayando nuestras propias faltas).

-El cuarto es el de la gula (incluyendo la ebriedad, el comer en demasía, el olvidar orar antes de comer, la inobservancia del ayuno, el empacho, los festines y toda clase de “gastrolatría”).

-El quinto es del de la pereza (al trabajar y al orar, la dejadez, etc.).

-El sexto es el del hurto (toda clase de hurtos, cometidos a escondidas o públicamente).

-El séptimo es el de la codicia y la avaricia.

-El octavo es el de la usura.

-El noveno es el del engaño (juicios falsos, medidas falsas y toda clase de timos).

-El décimo es el de los celos.

-El undécimo es el del orgullo (la terquedad, la vanidad, el orgullo, y la desobediencia a los propios padres, al clero, a los superiores, etc.).

-El duodécimo es el de la ira.

-El décimotercero es el de la venganza.

-El décimocuarto es el del homicidio.

-El décimoquinto es el de la magia (y los hechizos, la preparación de “pócimas”, los encantos y la invocación de demonios).

-El décimosexto es el de la impureza (los pensamientos lascivos, los deseos y actos impuros, la voluptuosidad, los sueños impuros, los apetitos carnales, las miradas lujuriosas y las caricias impúdicas).

-El décimoséptimo es el del adulterio (la infidelidad matrimonial y el desenfreno en aquellos que han consagrado su vida a Dios).

-El décimo octavo es el de la sodomía (ayuntamiento carnal contra natura, incesto, etc.).

-El décimonoveno es el de la herejía (falsos razonamientos sobre la fe, la renuncia a la fe ortodoxa y la blasfemia).

-El vigésimo y último es el de la impiedad, el odio, la crueldad.

El paso por estos “puestos de peaje” ocurre al tercer día después de la muerte.

El San Macario dice: “La doctrina de la Iglesia sobre estos peajes es la misma en todas partes, sobre todo entre los maestros de la fe del siglo IV, lo que confirma que dichas enseñanzas provienen de los Padres de los siglos anteriores, siendo su fuente original la misma Tradición Apostólica”.

(Traducido de :Părintele Mitrofan, Viața repausaților noștri și viața noastră după moarte, Editura Credința strămoșească, Petru Vodă – Neamț, 2010, pp. 30-32)