Solo la humildad nos ayuda a avanzar en nuestra vida espiritual
Si cada quien se considera el último, el encuentro con nuestro semejante se convierte en motivo de crecimiento y provecho espiritual.
Ni el trabajo ni la posición social deberían tener alguna importancia en las relaciones entre las personas. El privilegio no es algo exterior, sino interior; aquel que ame más a Dios, que ore más, el que se esfuerce en cumplir de mejor manera los mandamientos, ese estará más cerca de Dios. Es muy importante desenraizar de nuestra mente cualquier pensamiento de “hacer carrera” en cada aspecto de nuestra vida. ¡En la vida espiritual no hay ninguna “carrera”! En una sociedad en donde cada uno se imagina que es el primero, nadie avanza. En cambio, si cada quien se considera el último, el encuentro con nuestro semejante se convierte en motivo de crecimiento y provecho espiritual. En otras palabras, es mejor ser el último. Si soy el primero, pronto me llenaré de tedio. Si soy el último, todo es una continua alegría, porque todo el tiempo estoy aprendiendo cosas útiles.
(Traducido de: Arhimandritul Sofronie Saharov, Din viață și din Duh, trad. Prof. Ecaterina Volocaru, Editura Pelerinul, Iași, 1997, pp. 55,58)