Toda mi confianza la pongo en Ti, Señor
La victoria consiste en confiar firmemente en el auxilio del Señor.
Debes saber que no hay otro camino a Dios, cuando se te pide vencer a tus enemigos, pocos o muchos, viejos o llenos de vigor, jóvenes o temerosos, que la de la completa confianza en Dios.
Luego, un alma, aunque esté fundida por causa del pecado, derruida por toda la podredumbre del mundo y contaminada de forma inimaginable, buscando todos los medios para librarse del pecado, no podrá adquirir ninguna fuerza contra el mal, por ínfima que sea, ni escapar de las garras del maligno, si no pone su esperanza en Dios. La victoria consiste en confiar firmemente en el auxilio del Señor. Algunas veces, es posible que el triunfo no se haga evidente inmediatamente, aunque el alma sea ayudada por Dios. Sin embargo, cuando menos lo espere, sus enemigos serán destruidos.
(Traducido de: Nicodim Aghioritul, Războiul nevăzut, Editura Egumenița, Galați, p. 23)