Todo lo que Cristo es para nosotros
Jesús es nuestro Amigo, el único que siempre nos será fiel y no nos abandonará jamás. Él es nuestra Santa comunión con la perfección, nuestra hambre metafísica.
No es difícil comprender que a los contemporáneos de Cristo les costara creer que Él era Dios. Pero, después de presenciar Su Resurrección, que era la prueba de Su divinidad, después de que se les apareciera a los apóstoles, atravesando puertas que estaban cerradas con llave, después de haber permanecido de forma invisible cerca de los pensamientos humanos, después de manifestarse en el camino de Emaús a Lucas y Cleofás, y a Saulo en el camino a Damasco, ya no podemos quedarnos sin respuesta.
Para nosotros, Jesús es el sentido mismo de la vida y la historia, su punto de apoyo en las tentaciones y tormentas del tiempo. Jesús es la semejanza que añoramos y de la cual tenemos sed en nuestra travesía por el desierto de este mundo; (Él es) nuestro prototipo, nuestra autenticidad, pero, más que todo esto, Jesús es nuestro Amigo, el único que siempre nos será fiel y no nos abandonará jamás. Él es nuestra Santa comunión con la perfección, nuestra hambre metafísica.
(Traducido de: Părintele Arsenie Boca, Cuvinte vii, Editura Charisma, Deva, 2006, p. 135)