Palabras de espiritualidad

Un círculo vicioso causado por la desidia

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Debilitado el cuerpo, se debilita también el alma.

La desidia, al ser una pasión difícil de dominar, debilita el cuerpo. Y, debilitado el cuerpo, se debilita también el alma.

Entonces, debilitándose el cuerpo y el alma, tiene lugar la mezcla de los fluidos corporales, con la perversa inclinación a los placeres.

Y esa pasión por los placeres aviva el apetito; el apetito da lugar al impulso; el impulso produce agitación; la agitación trae los recuerdos; los recuerdos encienden las figuraciones; las figuraciones inducen al engaño; el engaño genera pensamientos; esos pensamientos incitan a la acción; y esa provocación lleva a la materialización del hecho, sea con el cuerpo, o de cualquier otra forma semejante. Con esto, siendo vencido, el hombre cae.

(Traducido de: Sfântul Grigorie SinaitulFilocalia VII, Editura IBMBOR, București, 1977, p. 157)