Palabras de espiritualidad

Un relato que define la nobleza espiritual

  • Foto: Florentina Mardari

    Foto: Florentina Mardari

Translation and adaptation:

El último de los monjes, el que tenía mala fama, dijo: “¡Padre, téjeme a mí una red, para que pueda recibir la bendición de tener algo hecho por tus manos!”. Y el padre le respondió: “Lo haré”.

Tres monjes, de los cuales uno tenía mala reputación, fueron a buscar al anciano Aquiles. Uno de los monjes dijo: “Padre, téjeme una red”. Pero este le respondió: “No lo haré”. El segundo de los monjes insistió: “¡Por favor, hazla, para que podamos recordarte en el monasteiro!”. Pero el anciano Aquiles dijo: “No tengo tiempo”. Entonces, el último de los monjes, el que tenía mala fama, dijo: “¡Padre, téjeme a mí una red, para que pueda recibir la bendición de tener algo hecho por tus manos!”. Y el padre le respondió: “Lo haré”. Al ver esto, los otros dos monjes exclamaron: “¿Cómo es posible que a nosotros nos hayas negado algo tejido por ti, y a este sí se lo hagas?”. Y el anciano replicó: “A ustedes les dije que no lo haría, porque no tengo tiempo, y no se entristecieron. Pero, si no lo hago por este otro, dirá: 'Por causa de mis pecados, el anciano Aquiles no quiso hacerlo'. Y, así, se habría roto el lazo entre nosotros. Luego, mi intención es avivar su alma, para que no termine engulléndolo la tristeza” (II Corintios 2, 7).

(Patericul, ediția a IV-a rev., Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2004, p. 33)