Una breve y poderosa oración para invocar el auxilio divino
“Esto es todo lo que me dijo, pero esas palabras me salvaron una vez, y me siguen salvando hasta el día de hoy, porque fueron pronunciadas con fuerza...”
“Nectario, cuando te sientas triste y desanimado, asaltado por las pruebas más difíciles, solamente tienes que decir: Apíadate, protege y salva a Tu siervo, el hieromonje Nectario, Señor”. Esto es todo lo que me dijo, pero esas palabras me salvaron una vez, y me siguen salvando hasta el día de hoy, porque fueron pronunciadas con fuerza (San Nectario de Óptina, refiriéndose al Obispo Macatio, que fue quien lo ordenó sacerdote).
(Traducido de. Cerească Înțelepciune de la cei de Dumnezeu luminați Dascăli despre Cum să biruim deprimarea, ediția a 2-a, traducere de Constantin Făgețan, Editura Sophia, București, 2008, p. 92)