Verdaderos ejemplos del sacrificio ascético
No estamos acostumbrados a tomar decisiones valientes ni a hacer sacrificios sobrehumanos en la arena ascética de los verdaderos guerreros espirituales.
En nuestros escatológicos tiempos, no estamos acostumbrados a tomar decisiones valientes ni a hacer sacrificios sobrehumanos en la arena ascética de los verdaderos guerreros espirituales. Sin embargo, un ejemplo de lo que es un buen luchador en la ascesis, el sufrimiento y la paciencia, lo encontramos en el ermitaño rumano Ierodion, quien ha vivido aislado en su celda durante más de cuarenta años, sin poseer ningún bien material, pero feliz y bendecido. Su entera existencia, semejante a una candela encendida, está dedicada a la oración, el silencio y la contemplación. Cuando viene alguien a visitarle, conversa con él a través de una pequeña ventana. Esta “pequeña ave” espiritual del cielo recibe el cuidado de algunos monjes amorosos y piadosos, quienes le proveen de lo necesario para poder vivir.
(Traducido de: Arhimandritul Ioannikios, Patericul atonit, traducere de Anca Dobrin și Maria Ciobanu, Editura Bunavestire, Bacău, 2000, p. 103)