Ayunar no solo de comida, sino también de nuestras maldades
También nosotros necesitaríamos que los sacerdotes nos dijeran que es más importante ayunar de pecados que de comida, y que el ayuno de comida es solamente un acceso a la perfección del ayuno de pecados.
Hay un santo de los llamados “locos por Cristo”, que una vez mitigó la ira de Iván el Terrible. Este estaba muy enfadado, porque, en pleno período de ayuno, le sirvieron carne de comer en la cena. “¿Crees que soy un pagano? ¿Cómo podría comer carne si estamos en ayuno?”, y el santo, viendo la escena, le dijo: “¡Tú no comes carne de vaca, pero sí comes carne de hombre!”.
También nosotros necesitaríamos que los sacerdotes nos dijeran que es más importante ayunar de pecados que de comida, y que el ayuno de comida es solamente un acceso a la perfección del ayuno de pecados. Haciendo esto, no comeremos más “carne de hombre”. Las murmuraciones son lo mismo que comer carne de hombre. El hombre se abstiene de la carne de los animales y de otras cosas, pero sigue hablando de los demás. Cuando enumeramos los veinticuatro “peajes del alma”, vemos que las murmuraciones son el primer pecado del que tendremos que rendir cuentas.
(Traducido de: Părintele Nicolae Tănase, De la prietenie la iubire. Căsătoria – taina iubirii creștine, Editura Agaton, Făgăraș, 2011, p. 182)