Cambiemos nuestra forma de ver el ayuno
Hay muchos cristianos que no dan gran importancia al ayuno, y por eso lo practican sin interés, sin fervor, o no lo practican en absoluto.
Hay muchos cristianos que no dan gran importancia al ayuno, y por eso lo practican sin interés, sin fervor, o no lo practican en absoluto. Y, con todo, tenemos que ver el ayuno con alegría, no con temor y pesadumbre, porque el ayuno no es algo perjudicial para nosotros, como sí lo es para los demonios.
En el caso de las personas poseídas, el ayuno es de gran ayudo, cuando va a compañado de su hermana más virtuosa, la oración. Por eso, nuestro Señor dijo: “Esta clase de demonios no puede ser expulsado sino con ayuno y oración” (Mateo 17, 21, Marcos 9, 29).
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, Galați, p. 348