Palabras de espiritualidad

Comencemos la Gran Cuaresma perdonando y pidiendo perdón

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Tratemos de perdonar a quienes nos hayan ofendido, con la esperanza de que en el período que recién empieza nos podremos purificar con la templanza al comer, con más lecturas espirituales, con nuestras inclinaciones y postraciones, confesándonos con frecuencia...

No es correcto empezar este período de ayuno sin antes perdonarnos los unos a los otros. Esa falta de perdón es como una cadena atada alrededor de nuestra alma, impidiéndonos ser hombres libres, a sabiendas de que la libertad define en esencia la vida del cristiano auténtico.

Tratemos de perdonar a quienes nos hayan ofendido, con la esperanza de que en el período que recién empieza nos podremos purificar con la templanza al comer, con más lecturas espirituales, con nuestras inclinaciones y postraciones, confesándonos con frecuencia, y comulgando con los Santísimos Misterios, desde luego, con la bendición de nuestro padre espiritual.

Con todo esto, sentiremos cómo las “toxinas” de los pecados se desvanecen poco a poco, aunque no por completo, porque carecemos de semejante estado interior. Dios, en Su misericordia, no se fija en nuestros actos, sino en nuestras intenciones.

(Fragmento de la prédica pronunciada por Su Alta Eminencia Teófano, Metropolitano de Moldova y Bucovina, el Domingo de la expulsión de Adán del Paraíso, en el Monasterio Golia de Iaşi, Rumanía)