De por qué no debemos devolver el mal con el mal
«Velar, estar atento a uno mismo y mantenerse en el camino de la justa medida o del equilibrio son tres grandes pilares del alma».
Un hermano le preguntó al abbá Pimeno: «¿Qué significa “no devolver mal por mal”? (1 Tesalonicenses 5, 16; 1 Pedro 3, 9)». Y el anciano le respondió: «Esta pasión tiene cuatro aspectos: primero, en el corazón; el segundo, con la mirada; el tercero, con la lengua, y el cuarto, que es el de no devolver el mal con el mal. Si quieres purificar tu alma, no escudriñes con tu mirada. Si esto no puedes hacer, al menos habla lo menos posible. Y si ni esto puedes hacer, evita a toda costa devolver el mal con el mal».
Dijo también el abbá Pimeno: «Velar, estar atento a uno mismo y mantenerse en el camino de la justa medida o del equilibrio son tres grandes pilares del alma».
(Traducido de: Patericul, ediția a IV-a rev., Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2004, p. 184)