Padre, una vez usted nos dijo que “en el trabajo espiritual, a veces se necesita de un cerco”. ¿A qué se refería?

—En la guerra, los soldados intentan bloquear al enemigo, lo rodean, lo encierran entre muros, lo cercan, y le dejan pasar hambre. Después de eso, también le cortan el agua. Y si el enemigo no tiene provisiones ni municiones, se verá obligado a rendirse. Del mismo modo, mediante el ayuno y la vigilia, el demonio queda desarmado y se retira. “Con el ayuno, la vigilia, la oración, recibiendo los dones celestiales...’, dice el himnógrafo .

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Viața de familie, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ştefan Nuţescu, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 191)