El verdadero significado del amor
El amor, como bien nos enseña San Sergio de Radonezh, consiste en ser riguroso con uno mismo e indulgente con los demás.
Cada persona desea ser entendida, pero se siente entendida solamente por parte de quienes la toman en cuenta y le hablan de sus cualidades ocultas, mismas que otros no suelen observar. Ver las cualidades ocultas del otro, sin embargo, es una virtud de quienes tienen un ejercicio espiritual permanente, el cual es inalcanzable sin el don de Dios.
Proferir juicios severos a diestra y siniestra, y apresurarse a condenar al infierno, es propio del celo más terrenal. En cambio, los santos —aquellos que han alcanzado la plenitud del amor— ya no pueden asumir tal actitud. Y es que el amor, como bien nos enseña San Sergio de Radonezh, consiste en ser riguroso con uno mismo e indulgente con los demás. Estoy convencido de que la verdadera medida de nuestra madurez espiritual se puede inferir a partir de la forma en que nos relacionamos con aquellos que aún viven sometidos por las pasiones más graves.
(Traducido de: Ierodiaconul Savatie Baștovoi, În căutarea aproapelui pierdut, Editura Marineasa, Timișoara, 2002, pp. 54-55)