¿En qué consiste trabajar nuestra salvación?
Consiste en elegir sólo lo que es agradable a Dios y rechazar lo que contraviene Su voluntad, de entre todo lo que hay en esta existencia cósmica. Entonces, poco a poco, veremos cómo nuestra vida empieza a cambiar.
En nuestra vida cotidiana, es muy importante que concentremos nuestra atención al cumplimiento de los mandamientos de Dios, en lo que debemos hacer y cómo debemos hacerlo. Sin embargo, es imposible librarse totalmente de los pensamientos impuros; de hecho, nadie es capaz de conseguirlo, ni siquiera los más avanzados. Ciertamente, no importa el estado que hayamos alcanzado: esa excelencia no impide que alguna vez nuestra alma se perturbe. Pero, teniendo la experiencia de la vida espiritual, constantaremos que lo que antes nos perturbaba se vuelve, simplemente, más fácil de superar.
En el desierto, Cristo se enfrentó a las tentaciones del demonio, rechazándolas categóricamente, incluso formulando los fundamentos teológicos de Su respuesta. Esto es una completa lección para nosotros. Cada vez que tengamos un pensamiento desagradable, rechacémoslo inmediatamente, antes que entrar a dialogar con él. Pero esto no puede lograrse sino mediante una cotinua ascesis y la acción de la gracia en nosotros.
¿En qué consiste, entonces, el trabajar nuestra salvación? En elegir sólo lo que es agradable a Dios y rechazar lo que contraviene Su voluntad, de entre todo lo que hay en esta existencia cósmica. Entonces, poco a poco, veremos cómo nuestra vida empieza a cambiar. ¡Pero debemos ser pacientes! Puede pasar que Dios nos pruebe un momento y luego nos abra los ojos del alma para siempre. Pero, usualmente, esto es el resultado de un esfuerzo prolongado, que no tiene nada en común con las ilusiones.
(Traducido de: Arhimandritul Sofronie, Din viaţă şi din duh, Editura Pelerinul, Iaşi, 1997, p. 35)