En qué peligro se halla el que no puede controlar su ira
Es inadecuado que el que es sometido en su propia casa tenga autoridad sobre muchos y que el que se halla subyugado interiormente, sea el primero de una multitud.
Sin embargo, tú cuida de la dignidad que se te ha dado, porque fuiste hecho señor sobre las pasiones. ¡Domina a las fieras, domina a esas que reptan, a las que vuelan! ¡No te enaltezcas con el pensamiento, no tengas una mente ligera, sé perseverante! Y porque fuiste creado para dominar a las fieras que vuelan, no te asemejes a ellas.
No te vanaglories, no te enaltezcas, no pienses más allá de tu naturaleza humana y natural. No te enorgullezcas elogiándote, no te jactes de lo que eres, no engrandezcas lo que es tuyo, para que no seas contado entre los volátiles, elevándote junto a ellos, aleteando de aquí para allá. ¡Domina tus pensamientos, para hacerte señor sobre todo lo que existe! Así, el dominio que se nos ha dado sobre los animales, nos determina a dominarnos a nosotros mismos también. Porque es inadecuado que el que es sometido en su propia casa tenga autoridad sobre muchos y que el que se halla subyugado interiormente, sea el primero de una multitud. Porque es debido que primero ordene y disponga de lo de su propia casa, para después decidir sobre asuntos exteriores y ajenos. Es muy útil la expresión, “¡Médico, sánate a ti mismo!” (Lucas 4, 23).
¡Entonces, procuremos sanarnos primero a nosotros mismos! Porque jamás se ha reprendido a aquel que no ha cazado un león, pero sí que ha recibido la burla de todos por no saber controlar su ira. Y si el que no pudo vencer a las fieras salvajes no es aún digno de condena, el que no es capaz de controlar su iniquidad es verdaderamente condenable. Porque aquella no es de ninguna utilidad para el que la ha sufrido y sólo el restablecimiento de ella es necesario y benéfico.
(Traducido de: Sfântul Vasile cel Mare, Omilii la facerea omului. Omilie despre Rai, traducere din limba greacă de Ieromonah Lavrentie Carp, Editura Doxologia, Iași, 2010, pp. 55-56)