Palabras de espiritualidad

Honrando el inmenso don que nos dejó nuestro Señor

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

El verdadero cristiano nunca olvidará hacerse la Señal de la Cruz con su propia mano, recordando el inconmensurable poder de Aquel que santificó la Cruz con Su Purísima y Preciosísima Sangre.

Cualquier cristiano que sea verdaderamente hijo de la Iglesia Ortodoxa de Cristo y que viva con devoción y temor a Dios, cuando empiece a orar o al finalizar sus plegarias, al comenzar a leer un libro santo, al empezar o terminar de trabajar, al partir de viaje y al volver a casa, cuando se sienta agobiado por alguna preocupación, alguna mala noticia o por cualquier mal pensamiento; al levantarse por la mañana y cada noche antes de irse a dormir, antes de comer y al terminar su ración, no olvidará hacerse la Señal de la Cruz con su propia mano, recordando el inconmensurable poder de Aquel que santificó la Cruz con Su Purísima y Preciosísima Sangre, dejándonosla como un arma invencible en contra del demonio y como una señal divina, como está escrito: “Diste a los que le temen la señal para que pudiesen escapar del arco” (Salmos 59, 4).

(Traducido de: Arhimandritul Cleopa IlieÎndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 271)

Leer otros artículos sobre el tema: