La austeridad del cuerpo favorece la vida espiritual
Los pensamientos y los deseos carnales son como una llama inagotable en el interior del hombre, y el camino a la sanación consiste en sumergir la mente en el océano de los misterios de la Santa Escritura.
No es posible encontrar el conocimiento de Dios en un cuerpo que ama los placeres. De la semilla del ayuno germina y crece un entendimiento sano; por otra parte, de la saciedad lo que brota es el desenfreno, y de los excesos, la impureza. Los pensamientos y los deseos carnales son como una llama inagotable en el interior del hombre, y el camino a la sanación consiste en sumergir la mente en el océano de los misterios de la Santa Escritura. Si no está libre de las bondades del mundo, el alma no podrá librarse de ningún pensamiento tormentoso, tal como no es posible tener paz en la mente sin morir para los sentidos. Las pasiones oscurecen los pensamientos y enceguecen la mente. Los pensamientos turbios, caóticos, provienen siempre de la saciedad del vientre.
(Traducido de: Părintele Iustin Popovici, Credința Ortodoxă și viața în Hristos, traducere de prof. Paul Bălan, Editura Bunavestire, Galați, 2003, pp. 55-56)