Palabras de espiritualidad

La contrición es negarse a uno mismo

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Con tanta abundancia ha sido derramada sobre nosotros la misericordia de Dios, que hasta el pecado más grave, repetido mil veces, queda borrado con la contrición del hombre.

La Santa Iglesia Ortodoxa reconoce que no hay pecado que no pueda ser lavado por la Sangre de nuestro Señor Dios y Salvador, Jesucristo. Por más que se repita el pecado del hombre, la Sangre de Dios-Hombre lo puede limpiar. Los pecados de la humanidad entera no son nada ante la santísima Sangre del Señor encarnado, Sangre que fuera derramada para nuestra salvación: “Ha sido traspasado por nuestros pecados, triturado por nuestras iniquidades; el castigo, precio de nuestra paz, cae sobre Él, y a causa de Sus llagas hemos sido curados” (Isaías 53, 5).

Quedará sin sanar solamente aquel que rechace la sanación y la salvación que se le ofrece a él y a toda la humanidad. Con tanta abundancia ha sido derramada sobre nosotros la misericordia de Dios, que hasta el pecado más grave, repetido mil veces, queda borrado con la contrición del hombre. La contrición significa fe, significa reconocer la redención y al Redentor. La contrición significa asumir los méritos del Redentor por medio de la fe en Él. ¡La contrición es la negación de sí mismo!

(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, De la întristarea inimii la mângâierea lui Dumnezeu, Editura Sophia, 2012, pp. 79-80)