La inefable arma del ayuno
Tanto la victoria como el botín obtenido se resguardan con la misma arma: el ayuno.
Estemos atentos a nosotros mismos, para que nuestros corazones no se sobrecarguen con la saciedad causada por la comida y la bebida. A los vencedores siempre se les recuerda que tienen que cuidar el arma con la que alcanzaron la victoria. Y tanto la victoria como el botín obtenido se resguardan con la misma arma: el ayuno.
Solamente con la ayuda del ayuno podemos apartarnos de las cosas del mundo. Solamente con la ayuda del ayuno nos podemos oponer a la atracción de los placeres terrenales. Solamente con la ayuda del ayuno podemos romper nuestro vínculo con el pecado. Solamente con la ayuda del ayuno, nuestro espíritu se puede liberar de las pesadas cadenas de lo carnal. ¡Solamente con la ayuda del ayuno, nuestra mente se puede alzar de la tierra, elevando su mirada a Dios!
(Traducido de: Sfântul Ignatie Breanceaninov, Predici la Triod și Penticostar, tradusă de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sofia, București, 2003, p. 38-40)