Palabras de espiritualidad

La mamá debe hablarle de Dios, que Dios le hablará al niño

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Si no actúas así, entonces hablarás y hablarás... y finalmente lo hará todo a la fuerza. Y cuando el niño crezca, comenzará a oponerse, talvez a vengarse, de alguna manera, de mamá, de papá, de quienes le coaccionaron.

Escúchame: ora y luego habla. Así debes actuar con tus hijos.

Si les das consejo tras consejo, pronto los aburrirás, y cuando crezcan, se sentirán agobiados por ti. Elige, entonces, la oración. Háblales por medio de tu oración. Díle todo a Dios, que Dios lo pondrá en su interior. Luego, deja de aconsejar a tus hijos en voz alta, para que te escuchen con sus oídos. Puedes hacerlo, sí, pero antes háblale a Dios de tus hijos. Dile, “Señor Jesucristo, ilumina a mis hijitos. A Ti te los confío. Tú me los diste, pero yo soy débil y no consigo dirigirlos como es debido. Por eso, ilumínalos”. Y Dios les hablará, al punto que reconocerán, “¡No debí molestar a mi mamá con mis actos!”. Y esto, con la gracia de Dios, saldrá de su interior.

Esto es perfecto. Que la mamá le hable a Dios, para que Dios le hable al hijo. Si no actúas así, entonces hablarás y hablarás... y finalmente lo hará todo a la fuerza. Y, cuando el niño crezca, comenzará a oponerse, talvez a vengarse, de alguna manera, de mamá, de papá, de quienes le coaccionaron. Entonces, lo único realmente beneficioso que puede hacerse, es dejar que hable el amor en Cristo y la santidad en el padre y la madre. Esa emanación de santidad, y no la del afán meramente humano, ayuda a los niños.

Cuando algo grave hiere o trauma a los hijos, estos manifiestan luego su oposición, hablando incluso de forma desagradable. Ellos, de hecho, no quisieran expresarse así, pero no encuentran otra manera de hacerlo en esos momentos difíciles. Más tarde se arrepienten. Sin embargo, si los padres se molestan o se enfurecen, se hacen parte con el maligno, quien no hace más que reírse de todos.

(Traducido de: Ne vorbeşte părintele Porfirie – Viaţa şi cuvintele, traducere din limba greacă de Ieromonah Evloghie Munteanu, Editura Egumeniţa, 2003, pp. 337-338)