Palabras de espiritualidad

La muestra suprema del amor verdadero

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Alzando esta cruz, manifestamos nuestra decisión de amar nuestro pueblo, de amarnos los unos a los otros, de luchar por la unidad de nuestro pueblo hasta la muerte. 

La Cruz representa para nosotros, los cristianos, para todos aquellos que se persignan antes de empezar cualquier actividad y como preámbulo de cualquier oración, la forma suprema del amor mutuo, la forma más excelsa del amor de los hijos por su pueblo. La Cruz implica aceptar hasta la muerte misma, voluntariamente, por los demás.

Cristo, por medio de la Cruz, aceptó voluntariamente la muerte por nosotros, para vencer a la misma muerte. Solamente aceptando voluntariamente la cruz, no a la fuerza, sino guiados por un amor supremo hacia el otro, también nosotros podemos alcanzar la vida eterna y avanzar a la perfección, por medio de la unidad con Cristo, ayudando a los demás a hacer lo mismo. 

La Cruz es la señal del amor entre nosotros y la señal del amor de Dios hacia nosotros. Alzando esta cruz, manifestamos nuestra decisión de amar nuestro pueblo, de amarnos los unos a los otros, de luchar por la unidad de nuestro pueblo hasta la muerte.

(Traducido de: Părintele Sofian Boghiu, Smerenia și dragostea, însușirile trăirii ortodoxe, Ediția a II-a revizuită și adăugită, Fundația Tradiția Românească, București, 2002, p. 250)