La prueba de la resurrección está en cada uno de nosotros
Los cuerpos de los santos de Dios fueron “curados” con la Gracia, y la corrupción no se les pudo acercar. Con esa victoria sobre la corrupción, ellos realizaron el principio de su resurrección; manando sanaciones, revelan la Gracia que hay en ellos y la vida eterna que les reviste.
¡He aquí la prueba de la resurrección de nuestros cuerpos humanos, misma que cada uno de nosotros lleva consigo mismo! Si el cuerpo es capaz de experimentar estados espirituales, si puede participar —junto con el alma— del consuelo gratífico, si desde esta vida puede gozar de la Gracia, ¿cómo no habría de resucitar a la vida eterna, como lo enseña la Escritura? ¡Los cuerpos de los santos de Dios fueron “curados” con la Gracia, y la corrupción no se les pudo acercar! Con esa victoria sobre la corrupción, ellos realizaron el principio de su resurrección; manando sanaciones, revelan la Gracia que hay en ellos y la vida eterna que les reviste, misma que tendrá que convertirse, en el momento propicio, en una gloriosa resurrección, decidida desde antes y otorgada a la humanidad por el Redentor, nuestro Señor Jesucristo. ¡Amén
(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, Cuvinte către cei care vor să se mântuiască, Traducere de Adrian si Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2000, p. 5)