¿Cómo debemos comportarnos en la Iglesia? Atentos y concentrados, para no distraernos con cosas superficiales y pensamientos ajenos al lugar donde nos hallamos.

Cuando nuestra alma está libre de pasiones, nuestra naturaleza, trastocada por la caída en el pecado, recobra su belleza original. Si perseveramos como fuimos creados, a imagen de Dios, las revelaciones se convertirán, para nosotros, en fenómenos normales. El camino del cristiano consiste en llenar el alma y el corazón con el conocimiento superior de Dios.

Sólo por medio de una larga experiencia, que puede prolongarse durante meses o años, podemos ir adquiriendo una actitud auténticamente cristiana en la oración. ¡Seamos locos, sí, locos, como los verdaderos ascetas! ¿Por qué digo “locos”? Porque ser cristiano significa vivir en dos planos al mismo tiempo: en el presente y en el futuro.

Insisto: pongamos todo nuestro esmero en la construcción de una vida espiritual.

Resguardemos todo esto en nuestra conciencia, y nuestra vida se llenará de interés, no solamente cada día, sino a cada instante.

No olvidemos estas palabras. Dios nos concedió un tiempo para trabajar nuestra salvación eterna. ¡No lo malgastemos!

 (Traducido de: Arhimandritul Sofronie, Din viaţă şi din duh, Editura Pelerinul, Iaşi, 1997, pp. 62-63)