La vida espiritual es algo que se forma desde niños
Las madres, sin forzar a sus hijos, tienen que enseñarles a orar desde que son pequeños.
Las madres, sin forzar a sus hijos, tienen que enseñarles a orar desde que son pequeños. En la zona de Capadocia, quienes vivían allí cultivaban con celo el ascetismo. Las familias llevaban a sus hijos para que vieran y aprendieran de los eremitas cómo orar, cómo hacer postraciones y cómo llorar por las faltas cometidas. Así, los niños tenían la mejor escuela posible, en lo que se refiere a la vida hesicasta y la práctica de la ascesis.
Y, sucede que, los bandidos de aquella región, buscando de noche alguna casa dónde entrar y robar, pasaban cerca de las casas, las ermitas y las celdas de los ascetas, y lo que oían dentro eran oraciones, suspiros y llantos. Por eso, decían: “¿Qué pasa con estas personas? De día charlan y ríen, pero de noche rezan y lloran…”, incapaces de entender algo de lo que sucedía.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Viața de familie, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ştefan Nuţescu, Editura Evanghelismos, București, 2003, p. 172)