Lo inútil del rencor
“No dejas de pensar en lo que ella te hace. ¡Déjala que haga lo que quiera, tú vuélvete hacia el Señor!”.
Una anciana vino a quejarse conmigo, diciéndome que su vecina no la dejaba en paz. Parece que a la otra señora le gustaba arrojar toda clase de objetos y basura al jardín de la primera. Yo le respondí: “¿Por qué buscas la manera de discutir con ella?”. Ella me respondió que, por el contrario, nunca le había dicho nada a la otra. Entonces yo agregué que, de hecho, sí que la reprendía cada día; “No dejas de pensar en lo que ella te hace. ¡Déjala que haga lo que quiera, tú vuélvete hacia el Señor! Y verás cómo, en poco tiempo, ella se dará cuenta de que no le es de ningún provecho eso que hace”.
(Traducido de: Starețul Tadei de la Mănăstirea Vitovnița, Pace și bucurie în Duhul Sfânt, Editura Predania, București, 2010, pp. 191)