Los frutos de la templanza y del recuerdo constante de Dios
El que cumpla estos dos aspectos, no solo crecerá en el sacrificio, sino que también avanzará en el camino a la santidad, porque pronto empezará a cosechar las demás virtudes.
El fundamento de todo bien y de la renuncia del alma a la esclavitud (del pecado), para volver al camino que lleva a la vida, radica en dos aspectos: retirarte a algún lugar aparte y empezar a ayunar con perseverancia; es decir, imponerte, con buen juicio y destreza, la templanza como norma de vida, manteniendo la mente dirigida siempre a Dios. El que cumpla estos dos aspectos, no solo crecerá en el sacrificio, sino que también avanzará en el camino a la santidad, porque pronto empezará a cosechar las demás virtudes.
(Traducido de: Everghetinosul, vol. 1-2, traducere de Ștefan Voronca, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 152)