Palabras de espiritualidad

Mi esposo se refugia en la comodidad y la seguridad del mundo virtual. ¿Qué puedo hacer?

    • Foto: Anda Pintilie

      Foto: Anda Pintilie

Esa clase de juegos, sobre todo cuando se convierten en la atracción principal de la vida, llevan a una terrible degradación mental y moralsemejante a la que causan los narcóticos.

Mi esposo, quien tiene 39 años, vive apasionado por los juegos de computadora. Esa es su única distracción, su único consuelo. Todo su tiempo libre se lo pasa jugando frente a la pantalla; es como si viviera en otra realidad. Con nosotros, su familia, se comporta irascible, con frecuentes accesos de maldad. Particularmente, conmigo actúa como un patán, haciendo y diciendo cosas que antes no se permitía. Tenemos dos hijos pequeños y yo dependo totalmente de él, porque no trabajo y mis padres ya murieron. Él lo sabe, y se comporta como le apetece. Yo soporto todo, pero nuestra relación ha entrado en una situación de “impasse”: no nos divorciamos, pero prácticamente no nos hablamos, y las riñas son el pan de cada día. Reconozco que también yo me he comportado de forma incorrecta con él, pero es que ya teníamos al primero de nuestros hijos cuando todo esto comenzó… después, vino el segundo niño y, agobiada por esta situación, empecé yo también a volverme irascible, pero intentando concentrar toda mi atención en los pequeños, aunque todo el tiempo me enfado por motivos insignificantes. ¿Cómo se puede eliminar la dependencia que mi esposo tiene de los juegos de ordenador? ¿Es posible que las cosas se enmienden en nuestra familia y que pueda volverme a ganar el respeto de mi marido?

—Esa clase de juegos, sobre todo cuando se convierten en la atracción principal de la vida, llevan a una terrible degradación mental y moral, semejante a la que causan los narcóticos. Por eso, tienes que ver el problema de tu esposo como una enfermedad que opone una fuerte resistencia a cualquier tratamiento. Los vacíos y carencias familiares, junto con la frialdad emocional por parte de la esposa, obligan al marido a buscar cómo olvidar la realidad en el mundo virtual de esos juegos de computadora. Uno de los métodos de sanación podría ser precisamente el amor que sientes por él.

Si puedes, cambia tu actitud hacia él. Hazlo sentir el calor de un hogar lleno de afecto, y no el de un mundo ilusorio, en el cual entra como estuviera escondiendo su alma. Esa situación, cuando, a pesar de vivir juntos, el esposo y la esposa no se hablan, se transforma en un estrés permanente. El hombre se siente un extraño, un ser inútil en su propia casa. En el fondo, se le ha descuidado y es como un ser abandonado que encuentra refugio en un rincón del ático. Del mismo modo, tu esposo “se mudó” a eso que le ofrece el ordenador...

Pero todo puede enmendarse con oración y paciencia*.

Para que tu esposo te respete, primero tienes que aprender a respetarlo tú. Para que tu esposo te ame, ofrécele ese amor que recibiste en los mejores años de tu vida. ¡Que el Señor te ayude!

(Traducido de: Arhimandritul Rafail Karelin, Învățături despre taina căsătoriei, traducere din limba rusă de Corina-Alexandra Toader, EditurA Sophia, București, 2013, pp. 245-246)

*Y, desde luego, con la ayuda de un profesional de la salud mental, además de acudir con más frecuencia al consejo y la confesión con el padre espiritual.