Palabras de espiritualidad

¿No asistes a la iglesia? ¡No eres un creyente verdadero!

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

A quienes no van a la iglesia, pudiendo hacerlo, no los considero ni siquiera creyentes. ¡Para mí son como los paganos!

Yo he compuesto un programa de compromiso en la vida religiosa, y es un programa que empieza con la participación frecuente en los oficios litúrgicos. Es decir, asistir a la iglesia los domingos y los días festivos, o al menos los domingos. Si te falta esto, no puedes considerarte un creyente con una vida religiosa auténtica. Algunos dicen: “Padre, yo no voy a la iglesia, pero veo la Liturgia en el televisor o la escucho en la radio”. ¿Y cómo la escuchas, recostado en el sofá? “No, padre, de rodillas o de pie”. ¿Acaso miras la Liturgia en el televisor como si fuera un partido de fútbol? Quizás te despierta más interés un partido de fútbol... Son personas muy superficiales.

Un día, le pregunté a una persona: “¿Qué haces cuando no vas a la iglesia? ¿Qué te quedas haciendo en tu casa?”. Me respondió: “Enciendo el televisor…”. Yo no tengo nada en contra del televisor, pero sí que estoy en contra de quienes no cumplen con sus obligaciones y sí que se hacen un poco de tiempo para ver cualquier cosa en ese aparato. Entonces, le respondí: “¿Sabes lo que significa eso? Significa que tienes a Dios detrás del televisor. Vete a casa y cámbialos de orden. Pon a Dios enfrente y al televisor detrás”. A quienes no van a la iglesia, pudiendo hacerlo, no los considero ni siquiera creyentes. ¡Para mí son como los paganos!

¿Cómo puedes decir que eres un hombre de fe, si ni siquiera asistes a la iglesia, ahí donde está el Cielo en la tierra? Porque la iglesia es el Cielo en la tierra. ¿Cómo decir que eres un creyente, si evitas acercarte al Reino de Dios? Porque la Divina Liturgia es el Reino de Dios entre nosotros. ¿Cómo puedes decir que eres un creyente, si no representas a los querubies cantando el trisagio en la iglesia? ¿Cómo puedes decir que eres creyente, si no cantas con los ángeles: “Santo, Santo, Santo, Santo es el Señor Sabaot”?

(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Veniți de luați bucurie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2001, pp. 77-78)