Padre, muchas personas regresan irritadas a casa, al terminar su jornada laboral. 

—Lo que yo recomiendo es lo siguiente: cuando salgas de trabajar, entra en alguna iglesia, enciende una candela y quédate allí unos diez o quince minutos. Si no, busca el parque más cercano y siéntate en una banca a leer un capítulo del Evangelio, hasta que sientas que vuelves a estar en paz. Después, dirígete a tu casa, ya con tranquilidad y con una sonrisa en el rostro, y no esperando encontrar con quién discutir. No te lleves a casa los problemas que encuentres en tu trabajo… ¡déjalos afuera!

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Viața de familie, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ştefan Nuţescu, Editura Evanghelismos, București, 2003, pp. 184-185)