Palabras de espiritualidad

¡Perdona, hermano!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

¡Aparta tu orgullo y verás cómo eres capaz de perdonar a tu semejante! ¡Disipa tu odio, ese enemigo de tu alma, y harás de tu adversario un amigo!

¡Y qué bello es perdonar! ¡El alma se vuelve tan ligera, tan serena! Después de haber perdonado, el hombre experimenta una humildad tal, que quisiera abrazar a todo el mundo, amar a todos y perdonar todo… ¡Y no es tan difícil perdonar! Lo único que se necesita tener es un poco de valentía espiritual y misericordia en el corazón. ¡Aparta tu orgullo y verás cómo eres capaz de perdonar a tu semejante! ¡Disipa tu odio, ese enemigo de tu alma, y harás de tu adversario un amigo! Si logras vencer así al enemigo que hay en tu interior, fácilmente podrás desarmar al que está afuera de ti.

Y no se te pide que le des algo a aquel con quien tuviste una desavenencia. No. Solamente tienes que perdonarlo de corazón. Y, por ese perdón tuyo, Dios no solamente perdonará cada una de tus faltas, sino que te concederá el tesoro más valioso que existe: ¡el Reino de los Cielos y la felicidad eterna del Paraíso!

¡Bendito aquel que sea capaz de expulsar con facilidad el odio de su corazón! No solo no envenenará sus nervios aquí en la tierra, sino que, en el Cielo, vivirá eternamente entre los ángeles. Sabiendo esto, hijos míos, preparémonos para reconciliarnos con nuestros contrarios. No nos justifiquemos, argumentando que son ellos quienes no quieren reconciliarse, porque, si hay alguien que no nos quiere perdonar, ¿qué nos impide a nosotros perdonarlo a él? Y si él se suicida espiritualmente con esa enemistad, ¿tiene sentido que también nosotros cometamos el mismo error?

(Traducido de: Arhimandritul Serafim Alexiev, Viața duhovnicească a creștinului ortodox, Editura Predania, București, 2010, p. 146-147)