Palabras de espiritualidad

¿Por qué ayunamos?

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

El ayuno no es para el Señor, es sólo para nosotros. Si asumimos una forma severa de ayuno, más allá de nuestras capacidades, simplemente no podremos cumplirla a cabalidad. Lo que necesitamos es un ayuno interior, para vencernos a nosoros mismos y para volvernos mansos, humildes y pacientes.

«Debemos ser equilibrados en todo. Por ejemplo, en nuestros días es imposible ayunar con severidad. Si lo intentamos, terminaremos enfadando a nuestro enemigo. ¿Y para qué enojarlo, si no podremos luchar con él? Esta clase de esfuerzos estaban al alcance de los grandes ascetas, pero nuestros tiempos no son los del ayuno, sino de la paciencia y la enfermedad. El ayuno no acerca ni aleja de Dios al hombre.

El ayuno no es para el Señor, es sólo para nosotros. Si asumimos una forma severa de ayuno, más allá de nuestras capacidades, simplemente no podremos cumplirla a cabalidad. Lo que necesitamos es un ayuno interior, para vencernos a nosoros mismos y para volvernos mansos, humildes y pacientes. Si el Señor permite que suframos, debemos aceptarlo con humildad. Porque lo que es permitido por el Señor, debemos recibirlo como si viniera de Su propia mano, y ser pacientes en ello. El verdadero ayuno tiene lugar cuando el hombre soporta con paciencia y sin entristecerse todos los ataques e insultos, considerando que realmente los merece. ¿Por qué? Por la vida que llevaba anteriormente y por las faltas de su juventud.»

(Traducido de: Vlădica Antonie Mărturisitorul, "Manualul  isihiei. Calea rugăciunii lăuntrice")

 

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