Palabras de espiritualidad

Por qué debemos incentivar la relación de nuestros hijos con Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Podemos guiar su formación religiosa en la dirección que sabemos es la correcta, pero no podemos establecer qué verdades o experiencias les atraerán más.

¡Dios es maravilloso! Sí, así es. Pero podríamos decírselos a nuestros hijos sesenta veces al día, sin que ellos puedan sentirlo en sus almas, si no viven continuamente experiencias que les abran los ojos a determinadas realidades espirituales que les ofrezcan un lenguaje sobre el cual construir lo que ya conocen intuitivamente.

Podemos guiar su formación religiosa en la dirección que sabemos es la correcta, pero no podemos establecer qué verdades o experiencias les atraerán más. Esto debe dejarse a la interacción entre el alma del niño y el Espíritu Santo. Dios lo orienta al camino que debe seguir para convertirse en lo que el Señor espera de él.

Podemos favorecer el camino santo de alguien, pero no podemos andarlo por él. Ciertas cosas constituyen lazos secretos entre el niño y Dios. Con todo, sí que podemos y debemos emprender con nuestros hijos el camino a la santidad. Y podemos hacerlo obedeciendo juntos a Dios. La meditación sobre las verdaderes religiosas, cuando es hecha en compañía de nuestros hijos, tiene un efecto más profundo No solamente hace que ellos exploren las profundidades de la fe, mientras aprenden y crecen espiritualmente, sino que también yo lo hago junto con ellos (o tal vez yo más que ellos). 

(Traducido de: Elizabeth White,Paşi pe calea sfinţeniei – Cum să creştem copii iubitori de Dumnezeu, traducere din limba engleză Doina Rogoti, Editura Sophia, Bucureşti, 2015, p. 36)