Padre Cleopa, por favor, díganos algunas palabras de provecho...

—Padre Joanicio, en primer lugar debemos tener la convicción de que en todo momento enojamos a Dios. Sin esta humildad de corazón, no podríamos salvarnos. Yo así es como empiezo mi confesión. Luego, si quieres salvarte, conserva estas tres cosas, como dice San Antonio el Grande: “No cambies constantemente de morada, mantén siempre a Dios ante tus ojos y, hagas lo que hagas, da testimonio de la Santa Escritura y de los Santos Padres”. Otro piadoso padre decía: “Haz de tu celda el Paraíso, considera ángeles a los demás monjes, busca la paz... ¡y te salvarás!”.

Lo mismo es válido para nosotros, padre Joanicio. Guardemos con celo las enseñanzas de los Santos Padres y los mandamientos que nos dejara nuestro Señor Jesucristo y, con Su don, esperemos que podremos salvarnos y dirigirnos al descanso eterno. Amén.

(Traducido de: Arhimandrit Ilie Cleopa, Ne vorbește Părintele Cleopa, volumul V, ediția a II-a, Editura Mănăstirea Sihăstria, Vânători-Neamț, 2004, p. 141)