Palabras de espiritualidad

Sobre el miedo desmesurado a la enfermedad

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si alguien que tiene miedo a enfermarse o simplemente siente un fuerte temor, se persigna, Cristo lo ayuda.

Si alguien que tiene miedo a enfermarse o simplemente siente un fuerte temor, se persigna, Cristo lo ayuda. ¡Cuántos enfermos no pasan por esta celda! Algunos se hacen la Señal de la Cruz, después se sirven un poco de agua con la taza que tengo allá afuera, y la beben. Otros, por temor, ni siquiera la tocan. Hace unos días pasó por aquí un alto funcionario. Al pobre le daban tanto pánico los microbios, que tenía las manos completamente pálidas, de tanto desinfectárselas con alcohol. ¡Hasta su automóvil lo desinfectaba con alcohol! Me compadecí de él. ¿Sabes lo que significa tener una función tan importante, y vivir con tanto miedo? Le ofrecí una golosina, pero no la quiso, porque la había tocado yo con mi mano. Bueno, si le hubiera tendido la caja para que se sirviera él mismo algún dulce, seguramente tampoco lo habría aceptado, pensando que alguien más lo había puesto con sus manos en la caja. Cuando vi su actitud, tomé la golosina, me incliné, la froté contra sus zapatos, y después me la comí. Reconozco que después hice más gestos como ese, justamente para ayudarlo a librarse de esa psicosis.

También recuerdo que una vez vino a buscarme una joven que le tenía miedo a la enfermedad. Cuando entró, no dejó que le hiciera la Señal de la Cruz en la cabeza, porque temía contaminarse con alguna bacteria; al partir, después de haber escuchado atentamente todo lo que le dije sobre esas obsesiones… tampoco quiso recibir la bendición. “Y no voy a besarle la mano, Padre, porque me preocupa llenarme de microbios”. ¿Cómo así? Tal es la forma en que muchas personas hacen que su propia vida se torne negra.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești. Volumul III. Nevoință duhovnicească, traducere de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, ediția a II-a, Editura Evanghelismos, București, 2011, pp. 49-50)