“Soy cristiano, sí, pero soy duro para perdonar”
¡Tú eres duro y lento para perdonar a los demás, cuando nuestro Señor Mismo nos perdonó a todos!
La Santa Iglesia nos enseña a perdonar a todos los que nos hayan ofendido, así como a pedir el perdón de todos aquellos a quienes hayamos tratado injustamente, y ante los cuales nos sentimos culpables: “Si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre perdonará las vuestras” (Mateo 6, 15), dice el Evangelio.
¡Cuánta razón encierran esas palabras! Con Su Santísima Sangre, nuestro Señor Jesucristo redimió los pecados de todos los hombres, incluso los de aquel que en algún momento te ha ofendido, hermano. ¡Pero tú eres duro y lento para perdonar a los demás, cuando nuestro Señor Mismo nos perdonó a todos!
(Traducido de: Sfântul Luca al Crimeei, La porțile Postului Mare, Editura Biserica Ortodoxă, București, 2004, p. 48)