Tu ángel guardián cuenta tus pasos y conoce tu esfuerzo
“¡Si ustedes pudieran ver el gozo de sus ángeles guardianes en este momento, morirían de felicidad!”.
Cierta vez, un grupo de peregrinos se acercó a la celda del padre Cleopa Ilie:
“—¿De dónde vienen?”, les preguntó éste.
“—De (la ciudad rumana de) Bârlad.”
“—¡Qué lejos! Sepan que, desde que decidieron venir a este monasterio, sus ángeles custodios comenzaron a enumerar sus pasos, el dinerito que juntaron para el viaje y todo el esfuerzo que esto implicaría. Todo ello será presentado por sus ángeles el Día del Juicio, porque, en vez de visitar alguna discoteca, algún bar o alguna fiesta, todo ese afán se lo dedicaron a Cristo. ¡Si ustedes pudieran ver el gozo de sus ángeles guardianes en este momento... creo que morirían de felicidad!”.
(Traducido de: Părintele Cleopa Ilie, Douăzeci de pricini pentru care trăiesc oamenii pe pământ, Editura Trinitas, Iași, 2003, p. 11)