Un debido examen de conciencia
¿Estás en paz con todos? ¿No juzgas a nadie en tu corazón?
¿No se esconderán quizás en tu alma algunas debilidades ocultas, a causa de las cuales los enemigos espirituales se han ido fortaleciendo y han llegado a atormentarte hasta dejarte sin fuerzas? Incluso si no logras encontrar nada de lo que te he mencionado, aun así, ora con humildad a Dios con las palabras de los Salmos: “¿Quién podrá discernir los errores? Límpiame de los que me son ocultos, y guarda a tu siervo de los pecados ajenos” (Salmos 18, 13).
Todos los Santos Padres dan una sola respuesta y un solo consejo en tales situaciones: en cualquier tentación, la victoria viene por medio de la humildad, la contrición y la paciencia, pidiendo, por supuesto, la ayuda divina. Ora también a la Reina de los Cielos, a todos los santos de Dios, y a aquellos por los que sientas una devoción especial, para que te ayuden a librarte de los engaños del maligno. Ante todo, examina el estado de tu alma: ¿estás en paz con todos? ¿No juzgas a nadie en tu corazón?
(Traducido de: Filocalia de la Optina, traducere de Cristea Florentina, vol.1, Editura Egumenița, Galați, 2009, pp. 154-155)