A un paso de empezar el Ayuno de la Natividad...
Cada 14 de noviembre, la Iglesia Ortodoxa conmemora al Santo Apóstol Felipe. Este día también aparece consignado en el calendario ortodoxo como las vísperas, la preparación para el Ayuno de la Natividad del Señor, que empieza mañana, 15 de noviembre.
Antes de empezar cada uno de los cuatro períodos de ayuno establecidos por la Iglesia Ortodoxa (el Ayuno de la Natividad, el de la Gran Cuaresma, el de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y el de la Dormición de la Madre del Señor), hay un día que marca el fin del ciclo en el que tenemos permitido comer de todo, y en rumano se le llama “lăsatul secului” (que podría traducirse como “dejar paso a lo seco”). ¿Qué significa esa expresión? Aunque la palabra “sec” del sintagma “lăsatul secului” se entiende como sinónimo de “seco”, “magro” o “sin grasa”, el teólogo Badea Cireșanu afirma que dicha expresión proviene probablemente de la deformación de la expresión “lăsatul seculului” (“dejar lo secular”), en la cual “seculul” es justamente lo mundano, lo terrenal, lo seglar. En italiano, el término utilizado es “carnevale”, entendido como la renuncia a toda clase de alimentos de origen animal.
¿Qué significa, de hecho, el “mundo” o lo “secular”? Nos lo explica el Santo Apóstol Juan: “Todo lo que hay en el mundo, las pasiones carnales, el ansia de las cosas y la arrogancia...” (I Juan 2, 16). El discípulo amado del Señor subraya no sólo la renuncia al pecado, sino a todo lo trivial que ocupa nuestra atención y consume nuestro tiempo, haciéndonos, a la vez, una exhortación a la renovación de nuestra vida, algo que se consigue solamente volviendo a Dios.
Así, además del ayuno alimentario propiamente dicho, somos llamados a apartarnos de nuestras preocupaciones terrenales y transformar este período en un tiempo de oración, contrición y testimonio, amor y perdón.
Spolocania
Una de las tradiciones más conocidas de este día, respetada aún en determinadas zonas de Bucovina, es la spolocania o polocania (palabra proveniente del ruso “poloskanije”, “lavar”, “limpiar”), que es el título que se le da al primer día de algún período largo de ayuno (específcamente, el Ayuno Mayor y el de la Natividad). En este día, los trastos y utensilios de cocina con los que hasta hoy se ha preparado y servido alimentos de origen animal, son lavados y guardados en el ático de la casa, procediéndose a sacar otros, utilizados únicamente para los días de ayuno.
La alegría de los cuarenta días
Con una duración de cuarenta días, el Ayuno de la Natividad nos recuerda el ayuno de Moisés en el Monte Sinaí, antes de recibir las Tablas de la Ley. Así, la Iglesia nos exhorta a practicar este ejercicio de templanza, preparándonos, con abstinencia y oración, para recibir a nuestro Señor Jesucristo, nacido de la Santísima Virgen para la salvación del mundo.
Tratándose de un ayuno de regocijo, la Iglesia ha dispuesto varios días en los cuales los fieles tienen la dispensa para comer pescado.